Esta entrada se la dedico a todos los autónomos de España.
¿Cuál es la diferencia entre la gente normal y los triunfadores de negocios?
Hablo de triunfar en el sentido meramente capitalista de la palabra, pues triunfar debería significar llevar la vida que tu quieres, con tu familia y amigos, tu casa y tus hobbies.
Hay varios tipos de situaciones que pueden causar que una persona triunfe en la vida. Por lo general, la gente que son dueños de empresas a muy temprana edad o que tienen puestos de responsabilidad y que aparentemente no son muy brillantes, éstos que se orinaban encima en el colegio y que luego los ves con veinte años trajeados y conduciendo grandes coches, sí, los que ves y piensas en tu más altivo discernir, "pero si yo valgo mucho más que esa persona", suelen heredar todo lo que tienen. Ya sea por que la empresa es de la familia o porque tras varios intentos infructuosos de que "el niño" estudie algo, le han soltado un fajo de billetes y les han dado rienda suelta a ver si les sale un Zuckerberg.
Pienso que este caso es más un castigo que un regalo, pues debes demostrar a tu entorno más cercano que vales para algo, que tu mente es prodigiosa y que no vas a llevar a la bancarrota el negocio que tu padre montó antaño, o que no vas a tirar por el retrete el dinero que te ha sido confiado. Suelen levantar bastante envidia y pena, pues no suelen funcionar bien y claro, tu piensas "lo que haría yo con ese dinero...".
Parece que en realidad no son tan triunfadores como pensábamos en un principio.
No nos enfademos con ellos, la culpa no es suya. Quizás de su familia, pero bueno, cualquiera hace lo que puede con el material del que dispone.
Otro tipo de persona que aparentemente triunfa son los pillos, los que le dan a la picaresca. Los que cuando vas el primer día a primera hora con el primer número de la lista de espera a pedir una subvención al ayuntamiento ya se han terminado. A los que les gustan las asignaciones a dedo, que tienen amigos en todos los sitios, que se dejan los últimos cien euros del crédito en invitar a comer al primo del cuñado del sobrino que trabaja en la administración porque sabe que se le será devuelto por mil.
Son los peores bajo mi punto de vista, porque se parecen mucho al grupo anteriormente descrito solo que con trucos, trampas o, por qué no decirlo, con robos. Posiblemente acaben igual o incluso peor. Suelen tirar de crédito también y ahogados por deudas. Pero claro, nada que pueda solucionarse con otro crédito, ayuda o concurso de acreedores. Se declaran en bancarrota y a por otra subvención para montar otra cosa.
Hay otro grupo que son parecidos al primero en el sentido de que tiran de familia, solo que ellos lo piden. Se levantan un día con una maravillosa e innovadora idea: Montar una tienda de fundas para móviles, o de colchones outlet (un pequeño inciso... ¿hay alguna tienda de colchones que no sea de outlet?), o una de cigarrillos electrónicos, o de venta piramidal, o de recarga de cartuchos de tinta de impresora...
Estos dan pena, sinceramente. Porque ponen mucho ahínco, tiran de la familia, quieren trabajar, pero no tienen esa chispa, esa vuelta de tuerca que darle a su negocio para que funcione de verdad. Suelen acabar o bien cerrando, o bien combinando todo lo que han ido montando y hacer una especie de tienda de venta de cigarrillos electrónicos, colchones, lejía, pan bimbo, colonias de imitación... o siempre puedes poner una tienda de segunda mano con toda la basura que has ido acumulando durante los años.
También hay gente que se lo gana. Gente con ideas innovadoras que con esfuerzo consiguen lo que quieren y triunfan. No son muchos, pero sí muy conocidos por sus proezas. Lo que sí que suele pasar es que son confundidos por la gente. Seguro que estáis pensando en meter en este grupo a Zuckerberg y a Gates, dos personas que copiaron/basaron sus negocios en cosas que ya existían... no estoy en contra suya. Si copiaron una idea y triunfaron es porque los que tuvieron la idea original no supieron explotarla. Moralmente es dudoso, pero bueno, la verdad es que no me decanto por ellos.
Y es que es difícil ser bueno en todo. Quizás tengas una buena idea y técnica para realizarla, pero claro, quizás no sepas venderlo, o competir contra otros productos. Hasta el día de hoy he recibido básicamente dos opiniones. La primera es que la unión hace la fuerza, que así se desarrolla más rápido y que tus debilidades pueden ser sus fortalezas. La segunda es que si quieres hacer algo bien, hazlo tú solo.
Pero no es el único problema a la hora de embarcarse en un proyecto. Si vives con tus padres y tienes unos ingresos mínimos, puedes invertirlo todo en equipamiento pero... si tienes ya treinta y pico, casa, coche, familia, trabajo... ¿cómo vas a invertir dinero en una cámara, un ordenador, una furgoneta si no es con uno de los métodos anteriores?

Por si fuera poco, la administración no solo no ayuda sino que entorpece ahogando a todos con impuestos inútiles e innecesarios. Todos comparan el modelo alemán con el español, cosa que tampoco veo correcta. En países como Alemania donde es tan sencillo montar un negocio y recibir ayudas, también es más fácil pegársela, hay que tener cabeza. Pensad en cualquiera de los grupos anteriores y echadle más dinero encima. Insostenible.
Pero centrémonos en lo que nos atañe, nuestro amado y odiado país. Tan solo pido tres cosas que aparentemente son locuras para nuestros mandatarios:
- Cuotas de autónomo pagables (si estás dado de alta y enfermo un mes, tienes que pagar, si no tienes clientes porque es tu primer mes, tienes que pagar...).
- Ayudas que no se den a dedo, que lleguen a tiempo, que se asignen de manera justa y que no estén tan centradas en las TIC (que nadie sabe lo que son pero todo va para ellos) pues también son necesarios soldadores, panaderos, mamporreros y demás.
- Que la administración pague a tiempo. Se han dado muchos casos en los que haces un trabajo para el sector público y pagan al año... ¿cómo se pagan así a los proveedores, empleados, o la mismísima cuota de autónomo?
En resumen, debes ser brillante, resolutivo, con fuerzas, persistente y con algo de fortuna.
Joder, qué pesimista me he levantado hoy.
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